El automovilismo comenzó, históricamente, desde las primeras carreras de autos a finales del siglo XIX, y continúa como uno de los deportes más competitivos hasta el día de hoy. Durante todo este tiempo, esta actividad, que atrae por igual a expertos y novatos, nos ha proporcionado importantes lecciones aplicables a la vida real en diferentes aspectos.
Desde la esfera de lo personal, algunas de las lecciones que nos provee este asombroso deporte es la importancia de siempre mantener un equilibrio entre el sacrificio y el egoísmo. Tal como lo explicó el piloto mexicano Adrián Fernández, conocido por dejar su marca en múltiples categorías y competiciones entre 1993 y 2012, el sacrificio puede llegar a ser todo en la vida de los pilotos más dedicados, sabiendo que para cumplir sus metas y destacar por sobre los demás, tendrán que renunciar a muchas cosas. Sin embargo, el egoísmo debe estar presente siempre como un contrapeso, puesto que los pilotos deben ver por sus necesidades como seres humanos para seguir persiguiendo sus metas.
Otras lecciones que nos proporciona el automovilismo son de suma relevancia para nuestra conducta social, ya sea en empresas, equipos de trabajo o en cualquier colaboración que realicemos con otras personas. La automoción nos enseña sobre la necesidad de un equipo de trabajo que nos apoye y aconseje, la importancia de marcar una estrategia basada en fortalezas y debilidades para llegar a los objetivos, y la importancia de la concentración para obtener siempre el mejor desempeño. Así mismo, nos demuestra que analizar los riesgos, y en ocasiones tomar dichos riesgos, son parte de cualquier tipo de competencia, constituyendo también algunas de las mejores oportunidades para superarse.
Del mismo modo, este deporte nos da grandes lecciones sobre el funcionamiento de la sociedad moderna. Nos demuestra, por ejemplo, que el mundo está cambiando constantemente, y que la competencia de cualquier ámbito siempre buscará cómo innovar para diferenciarse del resto. Esto puede observarse en todo su esplendor en la Fórmula 1, donde la innovación es la principal herramienta de todas las escuderías para ganar las milésimas de segundo que, eventualmente, llevarán al equipo a la victoria. Otra lección similar nos habla sobre los líderes. Las personas que tienen las habilidades de liderar un equipo de cualquier ámbito no necesariamente serán los expertos en el tema, sino que tendrán la visión necesaria para coordinar al personal adecuado de la manera correcta para llegar a las metas planteadas. Ejemplo de esto es Dietrich Mateschitz, quien ha sido señalado como responsable del ascenso de la escudería Red Bull Racing en años recientes, pues a pesar de no ser un experto del automovilismo, logró aliarse con los individuos que contaban con las habilidades y conocimientos suficientes, apoyándolos con los recursos necesarios para obtener los mejores resultados.
Como dice Jorge Carlos Fernández Francés, el automovilismo nos provee de una gran cantidad de lecciones que pueden aplicarse a muchos ámbitos de la vida real, demostrando que tiene un valor más allá de la propia competencia deportiva que lo caracteriza.