Los autos autónomos forman parte de un movimiento tecnológico liderado por la inteligencia artificial y el internet de las cosas, mismo que aún tiene un futuro con cierta incertidumbre. A pesar de esto, una gran cantidad de fabricantes siguen apostando por el desarrollo de alternativas que no necesiten de un conductor en todo momento, ya sea para el traslado de pasajeros o de carga. Así mismo, la otra cara de la moneda conjunta a individuos y organizaciones que se mantienen escépticos al desarrollo de los vehículos autónomos, asegurando que no podrán imponerse en las calles de manera masiva.
Sin importar la posición que cada quien pueda tener acerca del futuro de los autos autónomos, la realidad es que en los próximos años seguiremos viendo avances y presentaciones por parte de las grandes empresas tecnológicas en este ámbito, y estas innovaciones serán parte de la movilidad del futuro de una u otra forma. Incluso si no se llegaran a implementar de manera total y definitiva los vehículos autónomos, estas tecnologías podrán ser útiles para mejorar la capacidad de movilidad en las ciudades mediante nuevos niveles de automatización, disminuyendo así problemas de la actualidad como el tráfico y la contaminación de las grandes urbes.
También se sabe que la percepción del público sobre los autos autónomos en el futuro se verá alterada de acuerdo con las innovaciones tecnológicas que se vayan presentando. Como ejemplo de esto se encuentra un estudio publicado por el Capgemini Research Institute, donde solo 25 de cada 100 consumidores expresaron su preferencia por manejar un vehículo autónomo durante el año 2019, pero esta cifra se duplicaba al plantearles la misma posibilidad para el año 2024. En este mismo estudio, la mayoría de los consumidores se encontraban dispuestos a pagar hasta un 20% adicional por un vehículo autónomo, además de que la mayoría de los entrevistados consideraron que este tipo de automóviles posibilitarán un gran ahorro de combustible y de tiempo. Esto nos da a entender que los consumidores tienen un alto nivel de expectativas para el crecimiento y desarrollo de tecnologías que posibiliten perfeccionar la experiencia del uso de autos autónomos en los próximos años.
Sin duda alguna, dentro de las siguientes dos o tres décadas se determinará el futuro que tendrán los autos autónomos, mismos que deberán demostrar las capacidades técnicas suficientes para tomar las decisiones que, hoy por hoy, es capaz de tomar un conductor humano al volante. De lo contrario, estas tecnologías deberán evolucionar para convertirse en el futuro del transporte, a pesar de que no necesariamente se presenten como los autos autónomos que se han incorporado a los caminos hasta el día de hoy.