Los servicios de transporte compartido que probablemente utilicen cargadores ultrarrápidos podrían ser los que estén en peor situación entre los propietarios de vehículos eléctricos.
En un esfuerzo por hacer que los vehículos eléctricos (VE) sean más atractivos para los compradores potenciales, los fabricantes han trabajado para equipararlos con los vehículos propulsados por combustibles fósiles. Tras abordar las preocupaciones sobre la autonomía, los fabricantes de VE ahora están abordando las dificultades de repostaje con opciones de carga ultrarrápida.
Pero ¿son buenas para tu coche? Los expertos advierten contra ellas, ya que reducen la vida útil de la batería.
Las preocupaciones sobre la carga ultrarrápida no se limitan solo a los vehículos eléctricos. Los consumidores conocen las desventajas de la carga ultrarrápida en sus smartphones y otros dispositivos electrónicos. Dado que la misma composición química de las baterías alimenta principalmente a los vehículos eléctricos, las desventajas de esta tecnología se extienden a las nuevas opciones de transporte.
Una pérdida de rendimiento de la batería debido a la carga ultrarrápida obligaría a los usuarios a cambiarla en pocos años. Sin embargo, dado que las baterías son uno de los componentes más caros de un vehículo eléctrico, los usuarios podrían verse tentados a cambiar a un vehículo nuevo, en lugar de solo un paquete de baterías. Esto aumentaría el coste de propiedad del VE y acortaría considerablemente la vida útil de este transporte ecológico.
Un golpe para los servicios de transporte compartido
El mayor impacto de este efecto adverso lo sentirán los servicios de transporte que dependen de la carga ultrarrápida para mantener una alta disponibilidad. En promedio, un vehículo eléctrico usado como taxi recorre 100 km (60 millas) y recurre a opciones de carga más rápidas para volver rápidamente a la carretera.
Las actualizaciones recientes de los fabricantes de baterías han promocionado cómo la carga de un vehículo eléctrico se ha vuelto comparable a cargar un automóvil con gasolina, ya que ahora se pueden alcanzar estados de carga de más del 80 por ciento en solo cinco minutos .
Para lograrlo, los fabricantes de baterías planean utilizar cargadores con potencias superiores a 500 kW. Sin embargo, estudios han demostrado que los cargadores de más de 120 kW pueden acortar la vida útil de la batería hasta en un 40 % en comparación con cargadores de menor potencia.
En tal situación, los propietarios de vehículos eléctricos se encuentran atrapados entre tiempos de carga reducidos y mantener una buena vida útil de la batería de sus vehículos, informó CarNewsChina .
¿Pueden unas mejores garantías ayudar a los propietarios de vehículos eléctricos?
Para proteger los intereses de los consumidores, los gobiernos pueden implementar regulaciones que extiendan los períodos de garantía a componentes críticos como las baterías. Incluir un mínimo de años o una autonomía que garantice el reemplazo de la batería si su rendimiento cae por debajo del 80 % podría beneficiar al consumidor.
Las baterías más nuevas cuentan con características mejoradas para prevenir la degradación, pero unas mejores políticas de garantía también podrían ayudar a proteger a los consumidores.
Sin embargo, estos enfoques también conllevan sus inconvenientes. Los fabricantes vinculan las garantías con condiciones estrictas, como la permanencia en la propiedad del vehículo, el mantenimiento oportuno y la prohibición del uso comercial del mismo. En tal escenario, los taxis de transporte que requieren una carga ultrarrápida quedan desprotegidos.
El problema no se limita a los conductores que pretenden usar el vehículo únicamente con fines comerciales. Los propietarios de vehículos particulares podrían enfrentarse a problemas similares o malinterpretar los términos y la cobertura de la garantía.
Por su parte, los fabricantes pueden introducir cargadores y funciones de carga más nuevos que reduzcan los casos de degradación de la batería con el tiempo. Sin embargo, incluso los propietarios pueden ser precavidos y recurrir a cargadores rápidos solo cuando los necesiten con urgencia, no para ciclos de carga rutinarios, sugieren los expertos.
Solo mediante una combinación de enfoques podemos garantizar que la revolución de los vehículos eléctricos llegue para quedarse y sea beneficiosa y económica para todas las partes interesadas.