En colaboración con el Laboratorio de Diseño Dinámico de Stanford, Toyota ha presentado el primer GR Supra autónomo del mundo, con el objetivo de revolucionar la seguridad vial. El proyecto está impulsado por la visión de fusionar los instintos de carrera profesionales con inteligencia artificial (IA) de vanguardia para mejorar la tecnología de automatización de vehículos.
La iniciativa, impulsada por la pregunta: «¿Qué pasaría si cada piloto tuviera los reflejos de un corredor profesional y la previsión de una supercomputadora?» busca explorar la fusión del instinto de carrera y la conducción automatizada.
El GR Supra con sistema de deriva automática sirve como banco de pruebas, aspirando a desarrollar tecnología de seguridad avanzada que pueda adoptarse ampliamente en toda la industria automotriz.
Gill Pratt, director ejecutivo y científico jefe del Toyota Research Institute (TRI), enfatizó el objetivo del proyecto y afirmó:
«A través de este proyecto, TRI aprenderá de algunos de los conductores más capacitados del mundo para desarrollar algoritmos de control sofisticados que amplifiquen las capacidades de conducción humana y mantengan a las personas seguras».
A la deriva hacia el futuro
Inspirado en los conductores profesionales de drifting , el Supra con sistema de drifting automático combina tecnología de aprendizaje automático con algoritmos derivados de los estilos de conducción de los drifters humanos.
Los ingenieros, con el apoyo de Toyota Racing Development y la Universidad de Stanford, están trabajando para crear un nuevo nivel de tecnología de seguridad activa para manejar situaciones de conducción extremas.
Vista aérea del Supra autoderiva
Toyota reconoce la necesidad apremiante de tales innovaciones, considerando las casi 40.000 muertes en los Estados Unidos y 1,25 millones en todo el mundo como resultado de accidentes automovilísticos cada año.
El Supra autónomo tiene como objetivo dotar a los vehículos de la capacidad de manejar emergencias más allá de las capacidades de los conductores habituales.
El profesor Chris Gerdes del Laboratorio de Diseño Dinámico de la Universidad de Stanford explicó: «A través de esta investigación, tenemos la oportunidad de acercar estas ideas mucho más a salvar vidas en la carretera».
La revolución de la IA impulsada por humanos
El Supra autoderiva, equipado con un kit de fuselaje ancho remachado Pandem y unos formidables 650 CV, es un espectáculo tecnológico y un potencial revolucionario para la seguridad vial.
La tecnología de inteligencia artificial, que analiza los estilos de conducción humanos, tiene como objetivo comprender la pérdida de agarre, permitiendo que el vehículo derrape de forma autónoma y navegue en situaciones desafiantes.
Las raíces del proyecto se remontan al trabajo de investigación de Stanford: «Abriendo nuevas dimensiones: planificación y control del movimiento del vehículo utilizando frenos mientras se derrapa». TRI aplica esta arquitectura a varias plataformas de vehículos, con el GR Supra a la cabeza.
La visión del TRI se extiende más allá de la autonomía total y se centra en la IA como un sensei de conducción: un copiloto que mejora las habilidades del conductor en lugar de reemplazarlas.
El Dr. Avinash Balachandran, líder de la división de Conducción Humana Interactiva del TRI, enfatizó el objetivo de brindar a los conductores «las habilidades de un conductor experto y la confianza de que las tendrá cuando las necesite».
De Thunderhill a las carreteras cotidianas
Las pruebas en Thunderhill Raceway mostraron las capacidades del Supra de deriva automática, ofreciendo un vistazo al futuro potencial de la seguridad automotriz. El TRI prevé incorporar los algoritmos desarrollados en sistemas de seguridad activa, proporcionando una red de seguridad para los conductores en emergencias.
Si bien el proyecto aún es experimental, el compromiso de Toyota de superar los límites tecnológicos para lograr experiencias de conducción más seguras y placenteras significa un paso hacia una nueva era de seguridad automotriz.
El Supra autoderiva es una indicación de la sinergia entre la intuición humana y la IA, que nos acerca a un futuro con menos accidentes de tráfico y capacidades de conducción mejoradas.